Por Recaredo Veredas. Calor y multitudes. Cientos y cientos de jóvenes, ancianos, niños, señoras entusiastas y señores deprimidos caminan junto a las casetas, miran los escaparates, leen los primeros párrafos, escuchan incómodos las explicaciones del librero y pronuncian la frase inevitable: Voy a pensármelo. Como mucho, me dice una amiga librera, compran libros baratos, de […]
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